sábado, 7 de marzo de 2009

EL ANGEL BOÑUCO


















Ilustración Fósil Discipulo


El Angel Boñuco hizo su aparición en alguna reunión allá por 1985, mientras tallábamos el primer Vomitador, era un héroe poético colectivo conciente y a la vez inconciente, hecho de una mezcla delicadamente estructurada de nuestras más prolijas y venturosas virtudes. Era la suma de las furias y la multiplicación de nuestras intuiciones. No tenía una fórmula química empírica pero contaba con la piromanía verborrágicamente sociológica de Tinto, el romanticismo astuto y sensible de Intallable, el caoticismo filosóficamente ácido de Nervio y la rebeldía gráfica visionaria de Fósil. El nombre deviene de aquel viaje a Uruguay del verano del 84, el Angel Boñuco comprendía -como el Yin y el Yang- el universo de lo opuesto, Angel porque merodeaba en lo elevado del cielo, Boñuco, de la tierra misma. -De hecho el nombre se origina en una hortaliza uruguaya mal pronunciada. He aqui un texto de 1986 rescatado de un papelerío indescriptible:


CERRAZON

un hada cenicienta
que lanzaba catalépticos conjuros
de hordas centrífugas refulgentes
cayó fulminada
en la ciudad entumecida y prosaica
como un relámpago alucinado
buscando en las farmacias de turno
a la madrugada
las pastillas necesarias
para exterminar su desvelo
o colores ficticios
para su vida deslucida
para su fracaso de brujería

-estamos batiendo cualquiera-
atinó una voz
desde terrazas prestadas por mentes visionarias
desde un pantano de vagas certidumbres
atornillados a la agonía
de cuerps raramente diseñados
para Padecimientos Afines

-esperanzadas erupciones de la nuca-
-digo-
pienso
llave
puerta
cerrazón

el angel boñuco
1986


PD:
Diccionario de Identidades:

Fósil Discipulo: Tommy Pérez Barber
Manifiesta Kabeza Intallable: Carlos Petrzela (Caliban)
Nervio Vudú: Hugo Senone
Tinto Angel: Fernando Festino


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