domingo, 3 de mayo de 2009

LA SPUMATTA



Una noche de 1989, con Alex Troncoso, un amigote de aquellos que el viento llevó y trajo más veces de las que recuerdo, volvíamos de una clase de biodanza, a mi pequeño departamento de la calle Bolívar, en San Telmo. Allí, otro amigo eterno, poeta y doctor, Raúl Feroglio, de Las Parejas, Santa Fe, dormía plácidamente en un colchón en el medio del departamento. Había asistido a un congreso de medicina en Buenos Aires y aprovechábamos para vernos y destilar nuestro combustible para la poesía. Eran -calculo- 3 y media de la madrugada. Nosotros entramos entusiasmados hablando y casi pisamos a Raúl, encendimos las luces, preparamos un té... De repente irremediablemente despertamos a Raúl, que miraba desorientado sin entender lo que pasaba. Alex le ofreció un té y yo puse un casete de Leo Masliah, entre risas y anécdotas nos quedamos charlando horas, hasta que finalmente caimos dormidos. Años después cuando fui a Las Parejas para un encuentro de poetas, una noche de vino y guitarras Raúl soltó: "La hospitalidad porteña es tan amistosa como extraña, siempre te despiertan a las 3 de la mañana, te dan un té y te ponen a Leo Masliah...". Muchos nos reímos, algunos se quedaron pensando. Recuerdo que por las noches íbamos a Puerto Madero (en esa época era un conglomerado de viejos edificios desvencijados habitados por centenares de ratas) a ver la filmación de Highlander 2, nunca vimos un actor. Pasaban carpinteros, electricistas, iluminadores, gente con maderas, hierros estructuras, un asistente con un altavoz gritando cosas en inglés. Un extraño mundo que nos divertía, Raúl sugería que sería bueno mantener los puestos de trabajo de tanta gente, que sigan años trabajando en la "filmación de Highlander" aunque nadie gaste un centímetro de rollo. Dolinesco, genial.

Hugo Senone

La Spumatta era la conjunción perfecta de la poesia forajida de La Horda con la sensiblidad de un hombre con un gran mundo interior, cariñoso, cálido. Raúl le ponía un romanticismo certero a la crudeza boñuca de Fernando Festino, Carlos Petrzela y Hugo Senone. El resultado fue impresionante. Lástima que la química se produjo pocas veces para mi gusto, todo dependía de tiempos y viajes que para un grupo que funcionaba a estallidos espontáneos, era demasiado. Sin embargo... nunca cierren las puertas a los sueños. Siempre queda una taza de té a las 3 de la mañana en alguna casa para un poeta emperrado en los ensueños...

Este texto escrito en una servilleta en una reunión de los cuatro en San Telmo en otra visita de "congresos médicos" con un fuentón de fideos a la bolognesa y abundante tinto, entre videos de Hendrix, revistas de Superman y libros de Kerouac... ... así lo demuestra

CRECIMIENTO DEL HUESO (DURMIENDO)

Me quemo los meñiques en el fuego del vino
me doblo
me reblandezco con recuerdos de ciudades
y te transfiero
de piel a piel las madrugadas que he vivido
y las que me faltan vivir todavía.
No escucho el procaz tictac
de los relojes ancianos. No me inquietan
las transparencias de fantasmas tras los vidrios.
Te conozco, estoy con vos aunque me vaya
porque ya existe el ambicioso hilo
que sustenta la estabilidad del mundo
y que nos ata sin detenernos
a un llamado azul, una tarea,
un gesto de semilla por brotar
en plena lluvia atardecida.
Te conozco como que te comí las vísceras
cuando soñé algun día que te amaba de veras
con auténtica autoridad rectora de amor
impartido a través de un ojo absoluto
y mío

Cuando el eco del despertador me desvela
voy a volver con aquella botella que imaginamos
y otra vez
esta vez sí
otra vez la vaciaremos lentamente
esta vez te aseguro que sí
me voy a dejar tragar
lentamente, sí,
hasta el último hueso del alma

"APAGO EL RADIO RELOJ Y ME DISUELVO
COMO UN FUGAZ BARBITURICO EN
EL AGUA DE UN NUEVO DIA"

LA SPUMATTA 13.8.88